Pepe Rojo no existe

Por Cynthia Franco
“Me gusta ir viendo qué va saliendo y que la vida me sorprenda”, así finalizó el maestro, creador de proyectos, crítico de cine y escritor Pepe Rojo, quien ha logrado la consolidación de una mente excéntrica y genial que lo hace distintivo. Motivo por el cual llama la atención del campo estudiantil.
“Es un profesor fuera lo cotidiano”, suelen decir los alumnos. Desde la manera en que provocando controversia decora su oficina con posters del proyecto “Tú no existes”, cuentos repletos de ideas descompuestas, hasta su aspecto físico “hippie”. Toda su esencia lo distingue, tanto que él mismo acepta que “ser maestro es una manera de pensar, tener cerca a un grupo de gente que está la mayor parte de los casos dispuesto a preguntarte algo que no sabes, una manera de ver el cambio en los ojos de la gente, causarle impacto, y crecer con ella”.
Nativo de Chilpancingo Guerrero, con el apodo Pepe Rojo, como una “chava” le puso desde que en cuarto de primaria le dijo que firmara así cuando fuera presidente, se sentó en el suelo con las piernas cruzadas como quien espera que la vida siga su curso sin interés y esperando los cuestionamientos del entrevistador, acompaña su acción con una mirada reflexiva, pasiva, dejando en claro la sencillez que ya de por sí su aspecto desaliñado le dibuja.
Pese a la admiración que su profesión de maestro ejercida en la Facultad de Humanidades le atribuye, él nunca pensó que llegaría a este puesto, ya que la escritura, el dibujo y la música es lo que realmente lo llena, aunque como el argumentó, no sabe hacer ambas cosas pero le gusta. Estos son aspectos que no son legalmente remunerados económicamente hablando, motivo por el cual Pepe comenta que al término de su licenciatura en Comunicación “no tenía chamba” y le ofrecieron ser maestro de prepa. Esa falta de trabajo considera es frecuente en este campo, ya que o está muy difícil o es mal pagado. “Hay muchísima competencia y cada vez se les quiere pagar menos, es una bronca”, aclaró el maestro.
La postura cómoda de Pepe ya característica de él lo acompañaba mientras hablaba sobre la música diciendo que no tiene una favorita, pues “le tocaron todas las etapas, desde el punk, hippie, hasta el progresivo y alternativo” y queda comprobado en la fecha que fue parte de su contexto, es decir, 1968. Época de la rebelión.
Entre sus múltiples distinciones Pepe Rojo imparte una materia que lleva por nombre Seminario de Géneros Limítrofes, una clase que ha sido motivo de diversas críticas entre los estudiantes que con frecuencia murmullan: “es mucha lectura”, “me causa crisis existencial”, “no existo”, entre otras. Por su parte, el que encabeza esta materia comparte:
“Es un seminario de cómo los géneros en nuestra época se están desvaneciendo tanto en términos urbanos, como en términos sexuales, literarios, cinematográficos y políticos. En realidad es un título raro para poder hablar de lo que se me antoje”.
Por otro lado, es un maestro que ofrece tiempo completo en la Facultad de Humanidades, con apenas tres años recientes de mudarse a esta ciudad, Tijuana, no obstante, ha viajado por muchos lugares al ser lo que más le gusta de la vida. Entonces “sí le he echado pata”, comenta con su tono singular.

Tú no existes: Un proyecto urbano singular
Anteriormente a esto, Pepe había participado como hoy en diversos proyectos, uno de los más destacables es el “Tú no existes”. Tema sumamente controversial y que da cabida a múltiples traducciones, variables y justificaciones. Como él mismo comenta, “la gente se saca mucho de onda y hemos tenido respuestas totalmente agresivas al respecto”.
Éste inició con una intervención urbana en el Distrito Federal junto a Deyanira Torres hasta extenderse a seis estados de la república. Empezaron con 13 diseños de distintos diseñadores, dado que ellos conversaban sobre la concepción del proyecto y con base en ello cada interpretación se volvía distinta entregando otras concepciones de la misma idea. Al final había 26 diseños entre ellos y estudiantes de la UNAM que posteriormente se unieron al proyecto.
Sobre el concepto en sí de dicha campaña, surge una complicación abismal, pues al ser un producto en conjunto, la perspectiva es distinta dada la fuerte distinción que los diseñadores aportaron. Pero en términos amplios comenta que:
“Existen dos lados, el contrario y el liberador. Por uno, es una parte desesperanzada que tiene que ver con que la gente ya no habita la calle. Con que tenemos todo un aparato de medios masivos de comunicación que nos dicen cómo actuar y qué debes de desear, y si tú decisión no es tuya, tú no existes. El lado liberador consiste en que nada tiene importancia, es decir, que la personalidad de uno mismo cambia conforme el tiempo pasa, y en ese sentido nunca exististe porque cambiaste, te transformaste”.
Estos fuertes términos que Pepe planteó desde su punto de vista concluyen en el cansancio de ser uno mismo todo el día, de cambiar, de ser otro. “El placer en la caída de sí mismo”, como bien agregó él. Al respecto y ya en términos filosóficos, surgió el paradigma sobre la existencia de la muerte y el dolor, es decir, su realidad. Donde argumentó que sí lo son porque sin ellas los humanos no serían concientes ni tendrían la capacidad de distinguir una diferencia de nosotros mismos. “El alma no sobrevive al cuerpo, pero sí viceversa”.
Dichas posturas del maestro por las temáticas antes inducidas son motivo de análisis y debate, formas de observar la vida, la integración humana y así mismo desintegración. La muerte, la vida, el contexto, consumismo, materialismo. Pone en duda las teorías de Anthony Giddens, Pierre Bourdieu, Aristóteles, Descartes, hasta Shakespeare con su famosa frase que Hamlet encabezaría “To Be or not to Be”.
Finalmente, los planes a futuro de este genial escritor y maestro se dejan ver en su gusto por los viajes, ya que tiene ganas de irse a vivir al sur. “No tengo planes a futuro, viajar, divertirme, hacer nuevas cosas, terminarlas. Planes no. Me gusta ir viendo qué va saliendo y que la vida me sorprenda”.
El es Pepe Rojo, quien respondió a su falta de importancia de la vida misma, de reírse de lo que pasa y no tomarle tanta importancia a cosas que no son del ser humano en realidad, como bien las críticas sobre su trabajo comentan.