A 50 años de la pildora.

Durante este mes se cumple el quincuagésimo aniversario del lanzamiento al mercado de la pastilla anticonceptiva, que más que una pastilla pasó a convertirse por fuerza propia en un símbolo, ese símbolo que se enarbolaba como estandarte en los sesentas y potencializó la imparable revolución femenina.

En 1960 la pastilla fue aprobada para su venta al público por la Food and Drug Administration (Organismo norteamericano encargado del control de los medicamentos) en los Estados Unidos, justo en una época completamente conservadora y con tan poca información a la mano de las mujeres.

A lo mejor fue el destino o mero karma, pero la famosa píldora llega al mismo tiempo que los Beatles, las minifaldas y un grupo de ideas totalmente revolucionarias para la época, y este contexto es de recalcarse, ya que de haber salido unos años atrás esta pastilla hubiese sido prohibida o difamada por las mismas mujeres que años después terminaron usándolas.

El boom que trajo a la vida de las mujeres fue un verdadero cambio, por primera vez en la historia la mujer tuvo una manera segura de planificar su maternidad, fue capaz de igualarse al hombre tanto en su libertad sexual como en el campo laboral. Ahora sería mucho más sencillo terminar una carrera y entrar al campo laboral para desarrollarse igual que los hombres.

Hoy cincuenta años después, la pastilla es tan famosa y tan aceptada como una aspirina, tanto que hasta hay menores de edad tomándolas y recomendadas en la mayora de los casos por las mismas madres, en países primermundistas. Pero en otros como el nuestro y otros tantos países subdesarrollados, que coincidentemente son católicos en su mayoría, la pastilla ya es más digerible y tiene menos tabús, pero todavía sigue siendo mitificada y casi ocultada en su ambiente público.

El primer obstáculo que existe para la difusión y expansión de los beneficios de tan bendita pastilla, son los mitos que existen alrededor de ella, fomentados principalmente por grupos opositores, pero sostenidos por la ignorancia de las mismas mujeres que conocen más de mitos que de su propio cuerpo, pues a pesar de que la pastilla ha sido uno de los productos farmacéuticos más estudiados en la historia los mitos y rumores que existen en cuanto a su uso parecen ser más fuertes y tener más bases científicas que los mismos estudios que ya se han hecho y hasta comprobado.

Pero ojalá fuera éste el único obstáculo para su uso, aun hoy en día a medio siglo de que saliera al mercado todavía existen problemas tanto culturales como económicos por lo que muchas mujeres que sí están informadas y quieren usarlas no pueden hacerlo.

Cinco décadas después y muchísimas evoluciones de la píldora, se ha logrado un gran cambio en la vida tanto de las mujeres como de los hombres, pero todavía falta mucho camino por recorrer, mucha información por difundir, mitos que erradicar y costos que reducir.